En su nuevo espectáculo Waanzien, Mouna habla de mirar, ver y ser vista, de mirar a través de las gafas, de asomarse, de apartar la mirada y de observar. Podemos seguir viéndonos, pero a menudo no miramos más allá de nuestra nariz. Nos ponemos las anteojeras. Nos miramos a los ojos. Y así agrandamos nuestro punto ciego.

Mouna demuestra que tanta vigilancia puede dar lugar a divertidísimos malentendidos. Aboga por no perder de vista al otro. Porque ya se sabe: ojos que no ven, corazón que no siente.

En Waanzien, Mouna, su alter-ego Fátima y un variopinto grupo de personajes abordan de cerca diversos temas como el debate sobre los refugiados, la educación, la migración, la integración, la discriminación y la emancipación. Todo ello de forma multidisciplinar con danza, movimiento y teatro.

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