La caza de Meral Ö.
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De un día para otro, Meral Öztürk (Dilan Yurdakul) tiene que devolver a la Agencia Tributaria 34.000 euros en concepto de prestación por cuidado de hijos. En los perfiles de riesgo elaborados por este servicio, "madre soltera" es una de las señales de alarma, y así es como Merel entra en escena. Por supuesto, ella no puede limitarse a devolver este dinero, además de considerarlo injusto y especialmente injusto.
Se embarga todo el sueldo de Merel. Un investigador social (Gijs Naber...
De un día para otro, Meral Öztürk (Dilan Yurdakul) tiene que devolver a la Agencia Tributaria 34.000 euros en concepto de prestación por cuidado de hijos. En los perfiles de riesgo elaborados por este servicio, "madre soltera" es una de las señales de alarma, y así es como Merel entra en escena. Por supuesto, ella no puede limitarse a devolver este dinero, además de considerarlo injusto y especialmente injusto.
A Merel le embargan todo su sueldo. Un investigador social (Gijs Naber) se inmiscuye cada vez más en su vida privada: desde un rastreador de coches y vigilancia hasta una amenazadora búsqueda de relaciones "no registradas". Merel, desesperada, intenta sacar adelante a sus hijos, pero la situación es cada vez más desesperada. Empieza a desconfiar de las agencias de ayuda a las que llama a la puerta. Ya no sabe si van a ayudarla o a meterla en más problemas. Cuando sus hijos corren peligro de ser tutelados, Merel toma una decisión radical.
Desde el principio, al director Stijn Bouma le impresionó el sufrimiento infligido a los padres de alquiler, en su mayoría mujeres solteras. Vio las imágenes ante sí, por así decirlo: de niños colocados fuera de casa, divorcios, ventas forzosas de viviendas. Bouma también saboreó lo kafkiano del tema: la persona soltera impotente frente al Estado que en realidad debería estar ahí para proteger y ayudar a la gente. El escándalo de las prestaciones es uno de los asuntos más dolorosos y desgarradores de la era Rutte, que aún deja huella en la vida de miles de personas.
Bouma realizó anteriormente dos documentales sobre el tema. Sólo contra el Estado data de 2021. En él, Bouma hizo que cinco víctimas contaran lo que les había ocurrido. Sheila contra el Estado, de 2023, recogía el angustioso proceso de liquidación de un padre de una pensión y su familia. Sin embargo, le quedaba demasiado material residual importante que también había que contar. Bouma pensó que la mejor forma de incorporar toda esta información extra era en una película de ficción en la que el espectador se trasladara al ojo del huracán que fue y sigue siendo el escándalo de las prestaciones.
La Caza de Meral Ö. se rodó en gran parte en Almere, donde viven muchas víctimas del escándalo de los beneficios. El ayuntamiento es consciente de ello y ahora la ciudad está muy comprometida con la ayuda a las víctimas. También apoyaron la película: muchas escenas se rodaron en su ayuntamiento de Almere.